Cuando los niños comienzan a dibujar, los primeros intentos de figura humana que hacen son simplificaciones: palos, círculos, ojos como platos...
Quienes son, por ejemplo, psicólogos, pueden ayudarnos a ver, mediante los dibujos, qué le pasa al niño, cómo percibe lo que le pasa, qué lugar ocupan en su vida los que lo rodean.
Tristemente, lo que en la niñez es lindo y tierno en un papel, con el tiempo se vuelve un grotesco en el modo que se muestran, perciben, relacionan, no ya los niños, sino los adultos.
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