Para mí, como para varios que andamos de los 40 para abajo, Perón es historia, por eso, quizá, podemos mirarlo más desapasionadamente. O con otras pasiones, qué sé yo.
La cosa en que, como decía, Agustín me hizo recordar. Comparto el recuerdo:
Yo tenía 3 años y medio; papá había llegado de viaje y en la pieza de los viejos se amontonaban cajas y valijas. Yo creo que estaba curioseando para ver si había más regalos: el viejo venía del lejanísimo Estados Unidos.
Mi hermana Cecilia lloraba y en la tele había mucha gente. Cecilia estaba tirada en la cama de los viejos.
-¿Por qué llorás?, le pregunté.
-Porque murió Perón.
Perón debe ser alguien importante para que Ceci llore, pensé.
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