Esperar en la puerta de terapia intensiva que nos dejen pasar.
Caras que se repiten. Más cansadas unas, aliviadas otras.
Mientras se acerca la hora de entrar se abarrota el pasillo: todos quieren ser primeros.
Entendible e inútil prioridad.
Ritual de lavado de manos.
Atravesar las demás camas para llegar a la zona de aislamiento.
Ver que el de la 108 ya no está. No sabemos por qué.
Tomar un barbijo para proteger y protegerse.
Alcohol en gel.
Monitores, colores, sonidos. Glifos modernos.
Olores a la nada aséptica.
Convesar en monólogo
Despedirse. Más gel.
Saludar a los vecinos circunstanciales.
Volver.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario