Las personas imperturbables, las que con la misma cara -sonriente, amargada, desconfiada, desconcertada- enfrentan todo.
Las personas que empecinadamente huyen de lo conflictivo y repentino, contradictorio y brutal que de a momentos tiene la vida.
Las que pueden pasar por un huracán sin que se les desacomoden los rulos.
Las que no vibran.
Algo así, decía.
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