Estabámos con la esposa, ambos con barbijos. Charlábamos entre nosotros y con él, sumido en su coma farmacológico. Le contábamos quiénes estaban, que iba a llegar su hermana, que estuviese tranquilo. Lo acariciábamos.
Tacto y oído, suavidades de manos y palabras. De alguna manera en estas cosas, volvemos ser bebés.
Tacto y oído, suavidades de manos y palabras. De alguna manera en estas cosas, volvemos ser bebés.
A esperar.
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