Me encanta observar a la gente. Los gestos ajenos me enseñan mucho. Aprendo de otros, tomo de otros lo que quiero, dejo lo que no quiero.
Hay veces que son advertencia: esto no me gustaría hacerlo, no quisiera repetirlo.
Otras son recuerdo: ¡qué bueno cuando me entusiasmaba así con algo! ¡Qué lindo se sentía!
Otras son lección: esta persona que admiro porque es grande en lo suyo es capaz de corregirse.
Otras, simplemente, son: qué lindo el gesto que tuvo fulano con mengano.
Hay muchos de quienes aprender.
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