"Armar una falsa verdad... que nos haga parecer más al yo ideal. Un ideal que... nos aplasta"
Por supuesto que creo que tener ideales está bueno: marcan un camino, deseo, aspiración. De algún modo son la talla que queremos dar. Un ideal es desafiante, como montaña a ser escalada. No, no me gusta la imagen esa, sugiere que es siempre arduo... Es desafiante como algo que queremos conseguir.
A lo que me refiero al hablar del yo ideal es a ese yo que más se adecua a nuestro deseo, a lo mejor que pensamos o soñamos de nosotros mismos. Buscarlo está buenísimo, tender a encontrarlo nos hace peregrinos, humildes. Encaramarnos a él, revestirnos con él, deshumaniza: crea un falso yo que niega lo que no concuerda con el ideal. En lugar de dar aire, asfixia.
2 de junio de 2013
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