Mi abuela se juntaba a tomar el té con "las chicas" y sumaban cientos de años. Cuando nos juntamos a comer con mis amigos, decimos que comemos con "los chicos" o "los muchachos" y el promedio anda en los 40.
Mis sobrinos son "los chicos de Cecilia", que tienen cerca de 30, o "los chicos de María", que arañan la adolescencia.
Moriremos de tanta juventud.
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