Como toda imagen o metáfora, la de ayer también tiene límites, si se la toma literalmente, o se potencia, si se la toma literariamente.
Alguno puede objetar que envolver los vidrios es una forma de ocultamiento; otros, un modo de ser delicado para con el otro.
Algunos peferirán la seguridad descartable del plástico, que no lastima pero a la larga contamina más.
No sé, se me ocurre.
7 de marzo de 2012
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