Curiosamente, me sigo sorprendiendo de algunos seres humanos, por no decir de todos.
El prejuicio arraigado con el que algunos se mueven, es tan fuerte que ni notan que sea prejuicio.
Se lo decía a alguien que, al contestarle una pregunta que me había hecho, como no era la respuesta que esperaba, pensó que lo estaba cargando.
-Me asombra lo prejuicioso que sos.
-¿Quién?. ¿Yo?. ¿Por?.
-Porque me parece que no sos capaz de moverte medio centímetro de tu cuadrado. Me asombra...
Sí, soy un gil.
15 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario