Creo que en el fondo, soy ingenuo. Espero que los demás -y yo también, para qué negarlo- sean/seamos gente de grandeza, de horizontes amplios o ampliados, de capacidad para ver/desear/esperar más allá del centímetro cúbico de nuestra pequeñez.
Cuando no somos capaces de hacerlo, de compadecernos, de conmovernos, de empatizar, nos perdemos algo de lo humano.
Eso nos achica.
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