Domingo pasado el mediodía. Solcito de otoño -enormísimo regalo de los dioses-. Sobremesa con Maru y Fer mientras los chicos juegan, entrando, saliendo, y poniendo ese toque de caos familiar que es tan lindo.
La charla va y viene, desde los cuentos de Maru en Londres, los de Fer sobreviviendo la ausencia, el camino de ambos acompañando a uno de los hijos...
Miramos fotos, tratamos de convencer a la Pitu que ya sólo queda helado amarillo, que rosa no hay más, demasiado para sus cuatro años. Gastón, generosamente, le pregunta al padre -que se levantó para chusmear el partido Nadal Djokovic- cuánto de azúcar, y le roba el café. Cande, por suerte, redime la imagen familiar.
Momentos así son los que hacen la felicidad.
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1 comentario:
Son los mejores momentos que podemos vivir!!!!
Beso Pablo!!!
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