Hablábamos con Mariana, querida y vieja amiga, Atlántico por medio. Un poco de libros, un poco de proyectos, un poco de nosotros, con esos libros y proyectos como excusa.
En medio de la charla comenta un libro, The bell jar, de Sylvia Plath. Una novela semiautobiográfica, aparentemente, de la autora y su colapso mental.
Me pareció clara, fuerte, la imagen de la campana de vidrio: aísla, atonta, anestesia, pone los ruidos en sordina, deforma. Permite ver y ser visto, pero con cierta "barrera" semi-infranqueable. Preserva, pero separa.
Cuando me anime, leo y les cuento.
18 de mayo de 2011
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