Yendo para el barrio, paso delante de una casa. Temprano, a eso de las 17,30. Desde afuera se oía la música atronadora. Es decir: pasando, no podía escuchar a la persona que iba mi lado.
Me imaginaba a una madre o un padre queriendo decirle algo a su hijo/a o al hijo/a con ganas de compartir cierta necesidad o simplemente queriendo ser escuchado.
Me imaginaba a un nene que se quedó encerrado en el baño y pide que lo ayuden.
Me imaginaba auna mujer gritando porque le pegaban.
Me imaginaba a un adolescente llorando a los gritos porque su novio/a lo dejó.
Me imaginaba a un otro subiendo el volumen, para no escuchar ni escucharse.
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