Un par de ideas me habitan, giran, asoman, se esconden. Están agazapadas esperando que me distraiga. Saben, las muy astutas, que me distraigo fácil.
Mientras pelo papas o cuelgo la ropa cruzan como liebres: las distingo claramente, no las puedo atrapar.
Si me siento, paciente, a esperarlas con papel y lápiz a mano, es un paisaje lleno de nadas.
Aparecen en el colectivo, pasan rápidas, como esos carteles que no llegamos a leer.
Sé que están. Las espero.
21 de marzo de 2014
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