Entiendo que lo digo viviendo casi en una situación privilegiada: tengo lo necesario para vivir, en este momento tengo salud, hay personas que me quieren y a las que quiero. Un lujo.
He pasado por momentos duros, claro. Y otros más fáciles también. En algún instante pensé que morir sería lo mejor -un deseo, una fantasía- pero era un momento de depresión profunda. Generalmente, me enamoro de la vida. Me enamoran las personas que hacen de sus vidas, duras, dolientes, espacios de salud, sanantes. Los celebro y admiro
Pero cuando hay quienes nunca -nunca- ven, encuentran, celebran un poco de bondad o luz, me dan pena. Y a veces, bronca, porque quieren contagiar desgracias y desparramar oscuridad. No cuenten conmigo, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario