Cuando fuimos modernos y superados decretamos la muerte de los dioses, de Dios, del Padre y de los padres. Tan asfixiados y oprimidos que necesitamos cortar con las referencias autoritarias, con las autoridades. Fue un buen momento para ensayar fraternidades libres, solidaridades nuevas. Freud diría: Chau, super-yo.
Años más tarde andamos desorientados porque el poder lo tomaron los niños/hijos, pura pulsión, puro ello. Y el ello es irracional, imprevisible, caprichoso. El niño hace que los adultos lo sirvan y complazcan. Ya, ahora mismísimo. Logra que los adultos le teman a él y desconfíen uno de otro: mamá dice que... papá dice que... Todos lo pasamos.
¿Qué nuevo tipo de padres/madres/dioses/Dios tiene que nacer?
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1 comentario:
cortito y al pie...
y nada que agregar!!
Vale
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