Para mí tiene que ver con saber que no somos el centro del universo, que no todo pasa a favor o en contra nuestro, que no todo sucede gracias a nosotros, ni todos los dioses conspiran para nuestra felicidad o desgracia.
También con saber contentarse -que no es lo mismo que resignarse o conformarse- con el presente para abrirse a la esperanza del mañana.
Con el largo proceso de estar siendo para llegar a ser, de ser-en-el-tiempo-y-espacio, donde las cosas son procesuales o tremendamente repentinas, o no son.
Con lo arduo, que no se opone a lo gratuito.
3 comentarios:
PABLO GRACIAS ESTO ES LO ÚNICO QUE PODÍA SALVAR MI DÍA!!!Y DESPUÉS DECIMOS QUE DIOS NO NOS ESCUCHA CUANDO TENEMOS UNOS DÍAS DE MIER--!!!
Espero que no sea lo único, Anónimo/a; que el día tenga otras cosas lindas y buenas.
Abrazo
Pablo!! He vuelto a leer tu Blog...
Hacía rato que no entraba, ando medio perdida de la Web.
Excelente reflexión!!!!
Gracias!!!
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