Si bien no me gustan los ruidos de los petardos y la pirotecnia en general, los fuegos artificiales me subyugan. No puedo dejar de mirarlos, de pensar cómo (alguien lo sabe, seguro, pero para mí es casi magia), dentro de una caja, cañita voladora, lo que fuere, se esconde esa belleza que estalla luego en el cielo.
Sé que es fugaz, que deslumbra por pocos segundos. Sin embargo, me seducen, me hacen exclamar ¡oh, ah!. Me ponen en un lugar de asombro primitivo, infantil, primario. Me dan algo parecido a la ilusión. No me gusta verlos en televisión, sino en vivo y directo.
Nunca los he tirado yo mismo. Cierta "conciencia social" me dice que hay gastos más importantes. Eso no me impide disfrutar del derroche de otros menos conscientes o más derrochadores . Estos días me han regalado muchas luces y exclamaciones. Mucha belleza al alcance de los ojos.
2 de enero de 2011
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4 comentarios:
Le tengo pánico a la pirotecnia, mala experiencia... el que se quema con un petardo, ve un chasquibum y llora
o chasquiboom ? whatever
Mi sobrina de 7 no entendía que hasta esos cosos, chaskiloqueever, me dan cosa... Miedo es muy grande, me parece...
Mi sobrino anduvo feliz toda la noche pisando sus chasquiboom.
Mis hermanos fueron pseudopiromaníacos, no puedo ni quiero aprender cómo activar un encendedor.
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