Sin querer hice que alguien querido se sintiese mal. Por suerte me lo hizo saber, con lo cual, fuimos dos los que nos sentimos mal: uno por mi torpeza y el otro, yo, por ser torpe. Afortunadamente, no era nada de vida o muerte, nada extremo.
Pienso: ¿cómo es que puedo/podemos hacer esto?. Tenemos palabras, gestos, historia, búsquedas. Y sin embargo, estas cosas pasan, me/nos pasan.
Ergo: estar más atentos, ser más claros, más perceptivos, más receptivos. Intentos que no cesan y que hay que renovar. Constantemente, tenazmente. Sobre todo, con los otros y otras con quienes nos pertenecemos mutuamente. Que nos importan, que nos cuidan y a quienes queremos cuidar.
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