Pasar de las ideas a las experiencias... la diferencia entre saber y sabor, primas etimológicas.
De saber que el chocolate se hace con cacao, suele tener forna rectangular, es dulce y se derrite a 37º grados a cortar un pedacito, ponerlo sobre la lengua, aplastarlo contra el paladar y dejar que vaya invadiendo las papilas, la nariz, la boca.
De mirar un documental sobre las cataratas del Iguazú a dejarse salpicar por el agua y envolver por el estruendo.
La idea sin experiencia es teoría pura, vacía, hueca. La experiencia carga de sentimiento, de sensación, de sentido. A veces no la anula ni la niega, la plenifica, la redondea. Suma. Otras, la desdice, la modifica a tal punto que deja de ser la idea primera.
Riesgos.
23 de abril de 2014
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