Hoy, domingo de ramos o de pasión, muchas personas se acercan a buscar el ramo, se lee la entrada de Jesús a Jerusalén, y el proceso, condena, muerte y sepultura. A muchos nos conmueve y toca algo adentro.
Este año me resuenan fuertemente un par de cuestiones que olvidamos:
- Jesús es asesinado. La cruz es un asesinato, es la pena de muerte infame reservada a los infames.
- El proceso lo lleva adelante gente religiosa, la elite del sanedrín, los sumos sacerdotes.
- Los que se creen justos y con derechos delante de Dios y el pueblo judío, son quienes la provocan.
En momentos de acusaciones y condenas fáciles, de violencias de los que se llaman buenos, de desprecio por los marginados o marginalizados, me está bueno recordarlo.
Mirar al crucificado y a los crucificados.
Elegir no estar entre los impecables.
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