Las liebres, al ver una luz intensa, por unos momentos se encandila y desorienta. Si no reacciona pronto, los predadores, humanos u otros animales, pueden cazarla; pero si reacciona a tiempo, comienza a correr en zig-zag, no sé si para distraer o porque no sabe adónde ir.
He sentido parecido: se me revela una idea, se manifiesta una intuición y por un momento esa revelación tiñe cada rincón y aspecto de pensamiento, algunos impensados. Poco después, quedo como borracho, con un exceso de información que no puedo procesar. Si no reacciono y no acuno tranquilo lo que está manifestando, lo pierdo. Si lo fuerzo, también.
No termino de aprender.
6 de abril de 2014
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