Sigo leyendo y escuchando justificaciones ante las aberrantes golpizas a un supuesto ratero en Rosario -quien finalmente murió- y otro que robó una cartera y dejaron de golpear cuando los agresores huyeron, cobardes, al llegar la policía.
La insistencia de algunos en exculpar a los agresores o justificarlos es proporcional a la brutalidad demostrada: falta de justicia, cansancio, ausencia de estado... Un estado presente como el del Tercer Reich, acunó el Holocausto. Un estado omnipresente, como el de Estados Unidos, propició el linchamiento de Rodney King en el '91. Un estado policíaco, como el que tuvimos en la dictadura, produjo lo que produjo.
"Hay que escuchar al pueblo", decía alguien. "Nos estamos cansando", decía otro. "Los vecinos lo hacen porque hay un estado ausente", decía un diputado nacional.
Lo que se malesconde detrás de esas afirmaciones es tan peligroso.
1 de abril de 2014
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