Facu y su abuela charlaban del Barça que había perdido los últimos dos partidos. Más allá del asombro que me causó que mi madre tuviera ese dato, me gustó lo que siguió:
-¿Viste, nene, que Maradona dijo que es mejor que Messi?
-Sí, abuela. Yo creo que fue mejor jugador él.
-Jugador puede ser, pero como persona...-intervengo-.
-Ni hablar, tío; despreciable. No coordina dos ideas y se creyó que es dios; pero un capo en la cancha.
Me alegró tanto que pudiese discernir entre entre ambos aspectos. Solemos endiosar o demonizar en bloque. Que un pibe pueda distinguir, da aire. Que se dé cuenta que tener hijos y no hacerse cargo es de macho decadente, da esperanza. Que intuya que la bonhomía vale, es muy bueno.
Ojalá aprendamos.
2 de marzo de 2013
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