No tan escondidos: los hechos son visibles, las que están escondidas son las motivaciones, los deseos.
Por prejuicios racistas/clasistas, como clase media solemos desconfiar de los más oscuros de piel, quienes además, suelen ser más pobres. Les tememos. Ellos son los otros. No lo decimos abiertamente, claro. No está bien.
Por suerte muchos cruzan océanos de desconfianzas, de un lado a otro y de otro a un lado, para recrear vínculos, para achicar abismos.
Milímetro a milímetro se da la revolución.
12 de junio de 2012
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