En menos de una semana el piso del living de casa comenzó a levantarse. Los mosaicos parecían empujados de lados opuestos, incluso varios se quebraron.
Ya había pasado antes en el pasillo, en la cocina, en una de las habitaciones. Pensé, ingenuamente que se eso iba a ser lo último. Pero no. Continuó.
Vino Lucio para ver y de paso quita algunas, para no generar más presión y evitar daños mayores.
-Y mirá, esto está mal puesto todo, apenas tiene carpeta, es pura arena, por eso se levantan.
Golpeaba, sonaba hueco.
Mientras tanto pensaba yo:
-¿Tan difícil es hacer las cosas bien?.
Pavadas así me hacen perder la alegría por un rato.
No da.
10 de junio de 2012
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