No viene de bajón, pero les cuento.
El viernes murió Ale Font; ayer por la mañana, lo dejamos en el crematorio del cementerio de San Fernando.
Ale era mayor que yo, por varios años, lo que no impidió que tuviésemos una relación de iguales.
Cabrón con un corazón noble, le costó mucho aprender a reírse porque sí: era un tipo muy serio y responsable, respetuoso... A veces, a propósito, decía alguna bestialidad sólo para mirarle la cara, de desconcierto primero, de carcajada luego.
La cosa es que quiero decirles: fue un tipazo, un buen tipo.
De esos que dan ganas de ser buena persona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario