Hay que estar atentos estos días pre-primaverales porque de pronto estalla la belleza. Los que somos más urbanos, por ahí nos la perdemos un poco. Pero siempre hay un balcón o algún árbol que nos puede ser testigo.
El árbol del fondo de casa, donde hicieron nido los horneros, ya está cargado de brotes y me despido de los nidos hasta el otoño, cuando otra belleza los desnude.
Estemos atentos a este aire nuevo.
Y carilinas para los que somos alérgicos.
Lo sé, ¡nada es perfecto!
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