Me divierten, los playmobils; me hacen acordar a cuando era chico y mi padrino me compró una caja enoooorme que era la corte de un rey: caballos, escudos, capas y armaduras, lanzas, reinas, copas. Me creía mil. Como este de la foto -tan viejos que la mano no giraba-.
Pilar andaba fotografiando un conejo tejido, Amelie, la peli, tenía al enano de jardín viajero, me creía re-cool.
Me creía, digo, hasta que en un lugar donde fui, quise sacar algo de la mochila y cayó uno de los muñecos ante la mirada atónita de quien estaba a mi lado. Cuando le expliqué de qué se trataba el asunto, me miró:
-Estás muy mal...
Así no se puede, che.
3 comentarios:
pero no sé que es lo peor, que andes con muñequitos en la mochila, que se los hayas robado a un par de niños, que lo reconozcas públicamente o que estés a las puteadas, por no poder sacarles fotos o por la cara del que te descubrió!!
Me encanta el proyecto. Do it, do it... que no te intimiden las miradas acusadoras de los demás, no lo entienden. Vos decí "ah se cayó mi playmobil, pobrecito. Deme un segundo que lo guardo" y listo.
¡No te rindas! Las caras de estupor/horror de la gente son un bonus en este tipo de proyecto :)
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