La palabra, por existir, "separa", una porción de realidad, la limita para que podamos comprenderla, abarcarla: casa, sueño, luna, varón, judío, agua. Que hagamos que los límites nos separen, es otro tema. Pero el límite, el nombrar-distinguiendo, hace falta; poner palabras es necesario.
No es de extrañar que en este tiempo, la falta de palabra y límites vayan tan de la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario