No sufro de vértigo pero para mirar desde el balcón de un tercer piso, asomo apenas la cabeza mientras hago contrapeso (?) echando la cola hacia atrás. Tan ridículo como poco científico.
La imagen me sirve para otros asomos y miradas: el límite entre la sanidad mental y la ¿locura, delirio? Me produce cierta atracción dialogar con personas que padecen algunas ¿enfermedades? No una depresión o un trastorno de ansiedad. Algo más: algún esquizoide, paranoide. Los mundos armados, paralelos, de una lógica diferente a la mía. La certeza de que la realidad producida/creída es la verdadera...
Me encanta asomarme, hacer contrapeso para no caer. El límite es tan poco claro...
18 de agosto de 2013
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