Cuando Facundo tenía 7 u 8 años quería una guitarra. Como buen chico moderno, se metió en internet para averiguar precios, modelos, ventajas. Quedó entre unas pocas, cuyo precio iba de los 1.000 a los 2.000 pesos. La cuestión es que no había manera que entendiese que entre 1.000 y 2.000 habían, justamente 1.000 pesos, mucha diferencia. Como era 1 ó 2 lo que veía, y algunos ceros, no tenía idea de la distancia, de la proporción.
Me acordaba de él y su mareo de números al escuchar a personas -adultas de edad-, que tienen planteos más o menos similares y no perciben la distancia abismal entre un par de premisas y la conclusión. Un salto ontológico entre una parte y otra. Como si los "miles" del medio no valiesen o existieran. Como si de una a otra parte, de una idea a otra hubiese cierto atajo mágico e inmediato que no los demás no ven por mera maldad.
Mil razones, cero razonamiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario