Alguien a quien estimo bastante (no es lo mismo que decir que lo quiero mucho) en los 70 tuvo una fuerte militancia en la izquierda. Formado en caminos políticos-religiosos de alto compromiso social, con una entrega fortísima. Admirable en sus cuentos.
Me lleva la cantidad necesaria de años como para no ser de la generación mayor y al mismo tiempo no pertenecer a la misma. Cuando en algún momento charlábamos de las diferentes experiencias, decía que a los que los siguieron, los que vinieron luego de ellos, les faltaba ideales.
-Ah, ¿vos decís que es eso?
-Sí, no se compromenten, buscan su comodidad...
-No, no es que no se comprometan o no nos comprometamos -me salió la defensa corporativa etárea-. Es que vos a los 20 aprendías a hacer molotovs y hoy sos gerente de una multinacional. Aprendimos de sus incoherencias a ser pragmáticos.
Es decir: idealistas, sí, pero con los pies en la tierra. O al menos, con un par de decepciones caminadas.
24 de febrero de 2013
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