Releo -para variar- un libro que me gustó. Suelo hacerlo para poner más atención en algunas pistas que el autor dio, que se me hayan pasado por alto; o para tener una perspectiva diferente.
Vuelvo a encontrar algunas frases maravillosamente logradas. Descripciones de algún estado anímico; una narración acertadísima; una imagen acabada. A veces me encuentro con cosas subrayadas por mí mismo. Costumbre que ya no me importa si es o no buena. Párrafos que en su momento me dijeron, quizá menos ahora; otros que leo con nueva luz.
Vuelvo a sentir la envidia ante el creador/la creadora de ese mundo, de ese relato, de esa historia.
Vuelvo a sentir que me encantaría lograrlo.
Dones, que le dicen.
26 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario