A veces cuando termino de lavar la ropa, me doy cuenta que había metido algo que destiñó y manchó el resto de las cosas. La última vez fue una media azul, mínima, olvidada en el lavarropas. Remeras, calzones, camisas quedaron entre celestes y verdosas, más una con un
batik bastante logrado.
Me llevó a pensar: ¿cuántas cosas pequeñas y olvidadas en algún rincón contaminan/arruinan/manchan nuestras experiencias, opciones, decisiones? Sin que nos demos cuenta, incluso.
Y a la vez, por suerte, cuántas otras, contagian para bien, perfuman, animan. Aunque no lo notemos.
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