Rescato y celebro, igualmente, estos resurgimientos espirituales. Los celebro porque creo firmemente que el ser humano siempre está-llamado-a-más.
Trascendencia en el tiempo, en el espacio; desarrollo interior, búsqueda de sentido y plenitud.
Casi casi que nos convencimos en carne propia que tener más no nos significa más satisfacción. Que si acallamos los placebos, hay algo que sigue añorándose.
Ojalá este resurgimiento no sea un anestésico.
22 de agosto de 2011
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