No estoy en contra de la bondad, me alegra cuando la gente quiere ser buena, cuando lúcidamente opta por vivir haciendo el bien. En verdad, no es tan complicado. Mi teoría es que si cada quien hiciera bien lo que le toca, andaríamos un poco mejor.
Lo que no soporto es cuando alguien, en su "bondad", intenta arrastrar a los demás en caída libre. El que te compromete -sin consultarte- en planes retorcidos, el que en tu nombre promete un favor; el que te manda a alguien porque "seguro le darás una mano".
Ok. ¿Me dejan elegir cómo quiero ser bueno?. Si no, aténganse a las consecuencias.
25 de agosto de 2011
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