Vamos escudándonos en condicionamientos, en historias, lo que nos pasó, en... como si no pudiéramos escapar a un destino impuesto, nefasto, victimario. Como si no quedase casi espacio para ejercer una libertad que nos permita crear otra cosa.
Conociendo a algunas personas que logran cambiar lo que parece un camino inevitable a la perversión, al desastre, a la muerte, veo que no somos víctimas, que algo podemos hacer.
Resilientes.
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