Así como hay quienes creen que el sol sale porque ellos despiertan, hay quienes viven des-centrados, en el sentido de des-equilibrados.
Personas que, contrariamente a los que son el eje del universo, no tienen eje dónde volver: por lo que fuere -y no es juicio, sino constatación- no tienen un espacio interno desarrollado como para replegar/se, encontrar/se, centrar/se.
Todos, de vez en cuando perdemos el eje, claro. Algunos no lo encuentran más. Ojalá podamos ser/nos/les lazarillos.
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