Por varios lugares reaparece en mí, en mi vida, en mis cuestiones, la confianza. Como necesidad, como falta, como base, como estilo.
Tiene que ver, desde la cuestión más psicológica, con los vínculos maternales/paternales. Con la seguridad que hayamos tenido o de la que hayamos carecido en la infancia. Y acá bastante baqueteado ando, pero eso lo dejo para terapia.
Tiene que ver, también y por lo anterior, con saber que el P/Madre cuida, mira, asiste, sostiene toda la vida, en toda su extensión, en todas dimensiones, en durezas y placideces.
Tiene que ver con que los hermanos y hermanas que tengo sean fieles y yo les sea fieles a ellos, que nos seamos mutuamente confiables.
Tiene que ver con cierta inocencia perdida. Pucha.
27 de abril de 2012
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