Por varios y variados motivos aún no pude tomarme vacaciones. Gracias a los dioses, podré huir un par de días a la costa, no muchos, pero podré.
Conversaba hoy con Lucía y le decía: Necesito horizonte.
Eso: sentir que la vista (no sólo la visión) se pierde, se expande sin toparse con paredes ni muros. Asomarme a la posibilidad del infinito que trae un horizonte abierto, pura promesa.
Falta menos.
22 de febrero de 2011
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4 comentarios:
En el fondo somo sunos optimistas!!
Cariños
Vale
Deep deep down!
Yo lo necesito muy seguido eso. Y me sucede, al ver ese horizonte extenso, que se que más allá están otros mirando hacia dónde estoy, quizas hasta simultáneamente. Y me maravilla esa conexión Borgeana en espejo. Además de ser un ejercicio -que transcurre varias horas durante muchos días- que me hace reconocer la finitud de mi mirada. De la física y sobre todo de la otra, que aprehende todo el tiempo, eso que se llama vida cotidiana.
Es lindo sentarse a apreciar la nada o el todo ¿quién sabe?
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