Pienso un poco más... o intento darle alguna vuelta, que es casi lo mismo. Mientras ante un testimonio no nos queda mas que creer o no (sí, una cuestión de fe), la opinión, cierta o errada, da siempre la posibilidad de estar o no de acuerdo. Con el testimonio no existe esa posibilidad: no es una cuestión de acuerdos o componendas.
Me parece que en algún momento se nos dieron vuelta las cosas y creemos con fe ciega en opiniones -de ahí las crisis de fe y confianza-; y acordamos o no con los testimonios. Seguimos patinando...
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