De cualquier modo, me resuena hoy por otras cosas. Me resuena por las opciones, por las prácticas, por las ganas.
En principio, me encantaría decir que me siento a cualquier mesa, con cualesquiera comensales. En la teoría, quisiera, pero no. Hay momentos en los que tengo que reconocer que la comida se me atraganta o me cae pesada, mal, me da en el hígado.
Hay mesas en las que siento que no aporto mucho, no porque no tenga qué aportar, sino porque no hay interés en recibir o intercambiar. Y la verdad, no me interesa, no me dan ganas.
Sí apuesto a seguir creciendo con aquellos que compartimos miradas, lenguajes, intuiciones. O con quienes no compartimos nada, pero al menos podemos intercambiar palabras.
¿Será que me voy poniendo viejo?. Sí, puede ser, pero más aún es que prefiero poner energías donde valga la pena. Y no todo/s lo vale/n.
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