Más de 300 niñas/jóvenes secuestradas por un grupo islámico extremista en Nigeria. Para venderlas como esclavas, para usarlas como esposas, para ser violadas y abusadas http://www.infobae.com/2014/05/05/1561877-horror-nigeria-ninas-secuestradas-son-violadas-15-veces-al-dia). Horroriza leerlo, saberlo. Horroriza hasta el espanto.
Tengo a estas chicas atravesadas en la cabeza, en la garganta. Me imagino -no puedo imaginarme- la desesperación, la ansiedad, los miedos, los gritos.
Ellas en Nigeria, las esclavas y esclavos sexuales para los turistas en Tailandia o Filipinas, las que malviven en tantas whiskerías al costado de las rutas. Las que son/los que son abusados en sus casas.
Es tanto el mal, es tan tremendo lo que los malvados pueden hacer, que me ataca la desesperanza.
Por más que tantos y tantas luchen, deploren, condenen, siento que es enfrentar a Medusa: por cada cabeza que se corta, crecen dos.
Duele.
8 de mayo de 2014
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