Me acordé ayer de esa expresión por no sé qué y me pareció casi una maldición: que no te quede deseo sin cumplir.
No estoy diciendo que lo digamos con esa intención, sino que lograr que todos los deseos se cumplan sería terrible, me quedaría sin motivos para caminar, sin paisaje por conocer, sin libro por leer, persona por encontrar, amanecer por disfrutar, helado por probar, canción por aprender.
Si no tuviese deseos inconclusos, no saciados, sería un infeliz satisfecho.
Me quedo con mi feliz insatisfacción.
Me quedo con mi feliz insatisfacción.