Mariana decía siempre pienso cuántos textos no llegan a nacer...
Me quedé con lo que no llega a nacer: desde un texto, una casa, una relación, una persona, un sueño. Pensaba, empujado por Mari, que en la contingencia del ser es una maravilla lo que es, lo que llegó a estar siendo, lo que fue frente a mil posibles combinaciones -de palabras, ladrillos, parejas, genes, proyectos- frente a tanto que no ha sido.
Permaneciendo en el campo de lo escrito, no más, o mejor dicho de la palabra en general, creo que mucho queda sin nacer, porque no terminamos de creer que valga la pena alumbrarlo, porque no tenemos las herramientas para nombrar y decir, porque creemos que hay que hacerlo perfectamente.
En verdad, el último párrafo es en primerísima persona singular, aunque otros/as se prendan.
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