Como contrapartida y no curiosamente, esta persona necesitaba que otros dependiesen de él y que le consultaran absolutamente todo. Creaba unas relaciones de dependencia asfixiante y, como es lógico, esa era su normalidad. No había manera que entendiese lo potencialmente patológico de ese tipo de vínculos. Una especie de control freak, vamos.
No soy la persona más segura del planeta y las inseguridades me atacan por los cuatro costados. Pero si me arriesgo y equivoco o acierto, es mi responsabilidad.
Cuando percibo que un vínculo es dependiente y asfixiante, huyo o lo hago morir.
Prefiero una libertad solitaria a una compañía que ahogue.
Prefiero una libertad solitaria a una compañía que ahogue.
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