Cuando en medio de un juego, queríamos detener momentáneamente el tiempo, las reglas, el juego mismo, cruzábamos los dedos medios sobre los índices y avisábamos: ¡Pido gancho!
De esa manera las leyes quedaban suspendidas y el juego se pausaba. Un cese de fuego y de juego.
Extraño ese conjuro necesario, lúdico, infantil.
Invento otros, mantras, jaculatorias, espacios, gente.
Para recrearme; de recrear y re crear.
Ambos.
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