La frontera entre México y Estados Unidos, siempre conflictiva, me resulta sumamente parabólica, simbólica.
Para EEUU el problema es que no pasen los ilegales. La prevención, persecución, las deportaciones están al borde de lo inhumano. Los inmigrantes ilegales son tan combatidos como explotados -gran parte de los trabajo campesinos y serviles están en sus manos-.
Para México el problema es que los correctísimos ciudadanos estadounidenses cruzan al sur y se descontrolan: la rigidez de la ley americana queda en la frontera y los delitos relacionados a la droga, la prostitución y anejos son bienvenidos.
Me parece parabólico, decía: a mayor control de ley forzada, externa y no interiorizada, mayor temor al extraño y mayor descontrol al "pasar el borde". Mayor necesidad de reprimir hacia adentro y oprimir hacia afuera para mantener todo bajo control.
Parábola de tantas personas, instituciones, países...
7 de julio de 2013
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